agosto 07, 2017

LA MENTE EMOCIONAL



La mente emocional es infantil ya que es categórica, todo es blanco o negro, para ella no existen los grises.

Impone el pasado sobre el presente,  si una situación posee alguna característica o rasgo que se asemeje de alguna forma a un suceso del pasado cargado emocionalmente -que suscitó en nosotros gran emoción-, ante cualquier detalle que considere semejante, activa en el presente los sentimientos que acompañaron al suceso en el pasado, con el añadido de que las reacciones emocionales son tan difusas, que no nos percibimos el hecho de que estamos reaccionando de una determinada forma, ante una situación que probablemente no comparta más que algunos rasgos, con aquella que desencadenó esa misma reacción en el pasado.
 
Se auto justifica en el presente utilizando la mente racional, de forma que sin tener idea de lo que está ocurriendo, tenemos la total convicción de que lo sabemos perfectamente.

Cada emoción tiene su propio repertorio de pensamientos, sensaciones y recuerdos asociados, que el cerebro percibe y emite automáticamente sin control racional. 

Así pues la visión de la realidad se modifica en función de la emoción que estemos sintiendo; lo que percibo no es lo mismo si me siento furioso o enamorado.

CURSO ON LINE DE INTELIGENCIA EMOCIONAL CON TUTORÍA PERSONALIZADA Y ESPECIALIZACIONES LABORALES . Informate acá:http://www.inteligencia-emocional.org/curso/index.htm

agosto 02, 2017

Tips de Habilidades Sociales


¿Quieres causar una buena primera impresión? Tomar en cuenta tus emociones y las de la otra persona puede ser la mejor vía para lograrlo. 
 
 

Conocer las emociones y saberse manejar en ellas es sin duda una cualidad que no muchas personas poseen. Aunque parezca extraño, muchas personas viven sus propias emociones con desdén o, en otro sentido, las limitan a ámbitos muy específicos como el amor o la amistad, sin darse cuenta de que éstas se encuentran presentes en todo momento: lo mismo en el trabajo que al estar en la calle o cuando hacemos las tareas más inocuas.
En este sentido, conocer a alguien por primera vez es una de esas circunstancias en donde creemos que nuestras emociones se encuentran más o menos apartadas o al menos bajo control. En una entrevista laboral, por ejemplo, creemos que todo es profesional y serio; o cuando coincidimos con una mujer o un hombre en una fiesta, igualmente asumimos un rol en donde queremos creer que todo está predispuesto: los intercambios, las conductas, las respuestas…
Pero no es así. Y muchas veces, cuando el encuentro no resulta en lo que queremos o suponíamos, se debe al efecto de nuestras emociones, a nuestro desconocimiento de la forma en cómo operan en nuestra vida y, en última instancia, a cierto tipo de traición por parte de ellas.
A continuación compartimos 5 sencillas técnicas de inteligencia emocional que invitan a tomar en cuenta esas emociones que se encuentran en un primer encuentro con alguien y que inciden sobre éste. Considerarlas es el primer paso para aprovecharlas a nuestro favor.

Demuestra entusiasmo genuino por el encuentro
Quizá nada que halague tanto a una persona como darse cuenta de que recibe el aprecio, la consideración o el respeto de otro, incluso si se trata de la primera vez que ambos entran en contacto. Una sonrisa amable, gestos de cortesía o la manifestación expresa de tu alegría por conocer a alguien puede ser una de las mejores formas de romper las barreras que suelen rodear el encuentro con alguien desconocido que tiene la posibilidad de adquirir importancia en tu vida.

Ofrece un elogio
Todos tenemos algo en lo cual destacamos. Si observas con atención y sabes escuchar, seguramente lo notarás en la persona a quien conoces: desde su estilo para vestir hasta su experiencia o los conocimientos que posee. Los elogios, además, pueden tener el efecto de aligerar una situación, o volver amable a quien se encuentra tenso.

Recurre a las preguntas abiertas
La conversación ha tenido fama de ser un arte, y quizá esto se vuelve más evidente cuando estamos con alguien que recién conocimos y con quien parece que no tenemos de nada de qué hablar. Con todo, avivar una conversación es más o menos sencillo, pues a fin de cuentas somos seres formados doblemente por la compañía y el lenguaje, lo cual es una forma de decir que hablar es otra de nuestras necesidades básicas. Cuando una plática amenace con irse a pique y convertirse en monólogo, formula preguntas cuya respuesta sea necesariamente abierta: ¿Qué te pareció?, ¿Cómo llegaste a eso?, ¿Qué aprendiste de esa situación?, ¿Qué fue lo que más te gusto de vivir esa experiencia?, etc.

Encuentra las coincidencias
Cuando nos sentimos conectados con otros, todo fluye mejor. Puede ser que esa persona a quien acabas de conocer también se ejercite con regularidad, o quizá le guste un autor a quien tú también has leído, o hayan visto ambos una misma película… Sea un hábito, un interés, un gusto o una cualidad, es muy probable que encuentres un rasgo afín que te permita ahondar ese vínculo que apenas comienza.

Llama a la persona por su nombre cuando te despida (¡y procura no olvidarlo!)
Recordar el nombre propio de otra personas es una de las estrategias más sencillas para propiciar la cercanía y, sin embargo, es una de las menos practicadas. Secreta o abiertamente, a todos nos complace que un desconocido recuerde nuestro nombre incluso si lo escucho una sola vez, y, en sentido opuesto, nos decepciona un poco que nos pidan volver a decirlo. Procura poner atención cuando una persona se presente con su nombre y emplea alguna técnica para recordarlo: asócialo mentalmente con un personaje famoso o una persona a quien conozcas bien (un familiar, por ejemplo), o repítelo cuando recién lo hayas escuchado.

de la página web:
http://pijamasurf.com

 CURSO ON LINE DE INTELIGENCIA EMOCIONAL Y HABILIDADES SOCIALES
Informate acá: http://www.inteligencia-emocional.org/curso/index.htm