abril 20, 2009

Las emociones descansan en las cogniciones


Las emociones tienen relación con las cogniciones. Al modificar una premisa o presuposición, el motor de inferencia en el cerebro no genera el mismo pensamiento y como consecuencia la emoción no será la misma.

Ejemplos:
-Malinterpretamos la acción de una persona:
Alguien llega tarde a una cita, suponemos que es falta de responsabilidad o desamor, pero esa persona sufrió un problema familar grave y le fue imposible avisarnos. Ante la primer premisa sentimos enojo o frustración, lo tomamos como algo personal; si hubieramos conocido el motivo real hubieramos experimentado empatía en lugar de sentirnos defraudados, enojados o tristes.
Cambió la presunción por concimiento: cambió la emoción experimentada.
Estas cosas suceden cotidianamente, y a veces no nos enteramos de los motivos personales del otro.

-Usamos nuestras creencias personales para comprender un hecho que realiza otra persona que tiene una creencia personal diferente.
Alguien piensa que una persona que viene a su casa sin avisar es una persona desconsiderada, maleducada, por consiguiente la trata con indiferencia o con cierta descortesía, no está a gusto. Aprendió desde niño que siempre se debe llamar antes y preguntar antes de ir a la casa de alguien.
Su amigo/a aprendió desde chico, por el tipo de viviencias familiares, que las visitas espontáneas llenaban de alegría su casa, estaban todos contentos cuando alguien llegaba a verlos y que en consecuencia ir a la casa de un amigo sin avisar es llevarle alegría a esa persona.

Dos creencias diferentes: dos emociones resultantes diferentes, en un caso la cognición es que la visita es una maleducada como consecuencia se siente malestar y desagrado en el otro caso la cognición es que la visita piensa en él y como conescuencia siente alegría.

Cuando una persona dice: “Me indigna que la gente detenga su auto en la mitad de la calle”, es posible que las premisas sean: Que las personas NO DEBEN, NO PUEDEN, NO NECESITAN detenerse en la mitad de la calle. En este caso cambiamos los procesos de pensamiento diciendo: A veces las personas SÍ NECESITAN detenerse en la mitad de la vía, por alguna situación que depende de las circunstancias o de múltiples variables, como un accidente, fallos en el vehículo, errores de maniobra, emergencias, etc. Cambias las presunciones, cambian las emociones.

Desarrollar nuestra Inteligencia Emocional en parte es conocer, informarnos, desterrar mitos, creencias, falsos lugares comunes e intuiciones que creemos sagradas, iluminar aspectos desconocidos, cambiar modos de pensar y actuar erróneos, aprender sobre nosotros mismos y en consecuencia sobre los demás, aprender los increíbles beneficios de desarrollar sus cinco habilidades principales (Autoconciencia, Motivación, Empatía, Habilidades sociales, Control emocional).

¿Qué es un neurótico?


¿Qué es un neurótico?

Una persona neurótica es, simplemente, una persona que sufre. El concepto “neurosis” es sinónimo de “dolor emocional excesivo”, con las secuelas conductuales correspondientes. Este dolor puede manifestarse de muchas maneras -ansiedad, depresión, fobias, agresividad, hiperactividad, celos, dependencias, obsesiones, miedos, etc.-, pero, en general, todas ellas pueden remitirse a un origen común. ¿Cuál es este origen? ¿Qué es la neurosis y cómo se cura?

Desde un enfoque psicodinámico, el neurótico es casi siempre un niño. No solamente un niño, por supuesto, ya que también posee muchos aspectos adultos. Pero la intensidad de su neurosis tiende a ser proporcional a su grado, digamos, de “infantilismo”. Al neurótico se le paró el reloj, vive atrapado en el tiempo. Con independencia de cuál sea su edad cronológica, su edad emocional nunca pasa de 2, 3, 5 o, como mucho, 15 años. Este infantilismo es la causa de un choque brutal, de una gran inadaptación a la realidad, de lo que resultan su dolor y sus síntomas neuróticos. (No debemos confundir el infantilismo del neurótico con el “niño interior” que todos llevamos dentro. El niño interior es el fondo infantil que refresca y enriquece nuestra personalidad madura, mientras que el infantilismo neurótico bloquea e impide la maduración del sujeto. El neurótico es, de hecho, un niño que se niega a crecer).

Cada síntoma neurótico, por raro que sea, es un escudo. Cada escudo se entreteje con otros hasta formar una sólida coraza mediante la que el neurótico se defiende no ya de las heridas recibidas en su infancia, sino -por extensión- de la vida entera. Y, así, desde ese búnquer el neurótico se resiste a afrontar la realidad adulta. Es verdad que una parte de él quiere indudablemente curarse, dejar de sufrir, crecer, ser feliz. Pero su lado infantil, más poderoso, se siente enormemente cómodo y seguro en su perezoso nido de hábitos y defensas de “toda la vida” y, como además sus sufrimientos lo han vuelto desconfiado, sus miedos refuerzan su parálisis. Y, para colmo, teme que si efectivamente llegara a cambiar y curarse dejaría quizá de reconocerse a sí mismo, de ser “él mismo”, ¡con lo mucho que le ha costado construirse su personalidad, aunque sea tan doliente! Algunos neuróticos llegan al extremo de idealizar su neurosis, de enorgullecerse de sus sufrimientos, para no tener que desprenderse de su inmadurez. Por todo ello, en fin, el neurótico se resiste a mejorar y sabotea inconscientemente sus terapias.

¿Cuál es el terror supremo del neurótico? ¿Qué miedo fundamental oculta en su caja de Pandora este niño asustado, refugiado bajo capas y más capas de síntomas (ansiedad, tristeza, adicciones, etc.)? Su horror básico es descubrir que realmente está solo en el mundo, que sus apegos familiares están envenenados, que en cierto modo fue siempre un huérfano, que su vida entera está llena de mentiras y en última instancia es un fracaso, que nadie podrá salvarlo jamás. Siente pánico a sufrir este terrible desengaño (que intuye oscuramente), a perder para siempre su última ilusión de ser amado incondicionalmente como un niño, a admitir que ya no lo es y que resulta inútil –y patético- seguir soñándolo. Pues la más terrible y abrasadora verdad es ésta: el tren de su infancia pasó para siempre.

La neurosis nace, en efecto, de la terrible nostalgia por una infancia fallida y, en consecuencia, la búsqueda continua, inconsciente e insaciable de una segunda oportunidad. ¡Vana fantasía! Para eludir este drama, el niño aterrado inventa en su refugio toda clase de estratagemas: olvida o se aferra al pasado, deforma su memoria, idealiza a la familia, se culpabiliza, finge perdonar, duda del psicoterapeuta, se enamora del psicoterapeuta, viaja compulsivamente, se refugia en la promiscuidad, trabaja hasta el agotamiento, etc. Pero el tiempo no perdona y la añorada felicidad no llega...

¿En qué consiste la curación de la neurosis? La respuesta se desprende de lo dicho más arriba: si la neurosis es el apego a una infancia ya perdida y el consiguiente -e imposible- anhelo de revivirla en el presente, entonces curarse es despertar a la cruda verdad, descubrir la locura de semejante intento, reconocer y aprender a convivir con la certeza de que nadie podrá ser jamás nuestro padre/madre perdidos y que, por tanto, sólo nosotros podemos –y debemos– asumir el peso de nuestra soledad, de nuestra existencia, de nuestro destino. Con la ayuda y compañía de muchas personas, desde luego, pero fundamentalmente solos y autónomos. Para conseguirlo, habrá que llorar hasta la última lágrima, gritar hasta la última rabia, liberarse de los principales apegos y resistencias infantiles. Se trata de algo muy parecido a una "deshabituación". El destete final de todas las nostalgias inútiles, el definitivo re-nacimiento a la vida presente, la inauguración de la etapa adulta.

Muchas personas logran recorrer este proceso -profundo y apasionante- por sí mismas. Otros necesitan la ayuda de psicoterapias especificas. Pero siempre vale la pena.

Define: JOSÉ LUIS CANO GIL, Psicoterapeuta y Escritor

Frases

La tristeza es ira pasiva y la ira es tristeza activa.
Osho

abril 18, 2009

Tips: Ayudar cuando nos nos piden ayuda


Aunque con la mejor de las intenciones, el querer ayudar a otros en el aspecto psicológico o emocional o práctico, cuando no nos piden ayuda, empeora las cosas ya que les confirmamos su incapacidad y esto paradójicamente los pone peor.


Puede ser algo sencillo como ayudar a un hijo a hacer los deberes hasta ayudar con consejos a otros a superar miedos, ansiedades, problemas puntuales, etc.


Si les ofrecemos o damos asistencia continuamente, estamos enviando el siguiente mensaje: "no podés resolver el problema vos solo."


La mejor ayuda a veces consiste en dejar las personas afronten sus problemas por ellas mismas.

abril 08, 2009

Cualidades para obtener un buen puesto de trabajo


El conjunto de las cualidades más importantes para obtener un puesto de trabajo son las llamadas cualidades de personalidad. Estas en concreto son:

Madurez emocional
Independencia
Realismo
Valor- Audacia
Ambición
Insistencia
Buen humor
Fuerza de voluntad
Empatía
Flexibilidad y aguante

Podemos cambiar.

No podemos cambiar nuestro coeficiente intelectual por más intentos que hagamos. pero podemos decidir ser más simpáticos, discutir menos o tener más paciencia. Y con esfuerzo podemos cambiar acciones, y con el tiempo modales o rasgos de la personalidad.

Las personas que no pueden moldear su personalidad pueden cambiar su imagen. Pueden parecer más simpáticas, incluso aunque no lo sean. Para esto se necesita una gran fortaleza, pero desde luego que se puede hacer.

La madurez emocional afecta al resto de las cualidad citadas.

Hace de nosotros personas fiables y de reacciones previsibles. En un arranque de enojo, despecho, venganza, euforia, gratitud o cualquiera de estas cosas, no develaremos un valioso secreto o una información reservada ni destrozaremos una amistad o un plan de trabajo.

Las emociones son contagiosas 2- Video

En virtud del principio de resonancia, las emociones de una persona no sólo son sentidas sino también captadas por otras. Existe contagio emocional. Este es generalmente inconsciente y puede ocurrir en una fracción de segundo.

Lo repetiremos siempre que pongamos videos "contagiosos":

Recordemos que contagiamos y nos contagian de la misma manera emociones tales como pena, desánimo, ira, miedo, disgusto, mal humor, etc.


No les contagia un poco de Buen humor, Gozo, Agradecimiento, Contento , Deleite o Júbilo?